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Sí pensabas que llegar en moto hasta el fin del mundo es toda una hazaña....imaginate lo que debe haber sido hace 60 años!!! No queremos dejar de expresar nuestra admiración por los motociclistas locales pioneros de los viajes en 2 ruedas...

Juan José Degratti
28.800km en una ALPINO 175 c.c.

 
 
 
El 19 de noviembre de 1960, un joven de Río Grande comienza el raid Ushuaia – Alaska. Juan José Degratti parte, desde la plaza cívica de Ushuaia, con su moto marca Alpino, de 175 centímetros cúbicos de cilindrada, con el propósito de recorrer 28.800 kilómetros y alcanzar el extremo Norte del continente americano. Para poder llegar a Alaska tuvo que atravesar dieciséis países, durante treinta y dos meses, y convertirse en el primer hombre que unió los dos extremos continentales con ese precario medio de transporte. Si bien hoy parece una práctica común, llegar hasta Ushuaia, el fin del mundo, sigue siendo una aventura que muchos quieren cumplir...
 
Fuente: El Diario del Fin del Mundo
 
   
   
Tamaki Moriaki:  
Un japonés en el fin del mundo
 
  
Escrito por Masako Itoh   

Nacido en Okinawa, recorrió todo Japón y el continente americano a bordo de una moto Honda. Su idea era ir a Brasil, país que, hasta ahora, no ha pisado, ya que hace más de 40 años que vive en la ciudad más austral del mundo.

Ushuaia, una ciudad alargada, pero estrechada, con unos 25 kilómetros de largo por 4 de ancho, bordeada por un cordón montañoso y una bahía provista de un mar helado: las aguas provenientes del canal Beagle, donde se comunican el Pacífico y Atlántico. A mil kilómetros de la Antártida, la ciudad carece de una plaza principal que reúna gobernación, ayuntamiento e iglesia en un mismo paisaje; tampoco posee terminal de ómnibus, porque la única forma aconsejable de llegar desde el continente es por avión. Así, inaccesible, y provista de un clima hostil, se escucha decir que en “en Ushuaia viven los que realmente aman la Patagonia”. O, mejor, los aventureros.

Tras un pequeño almacén de la calle 25 de Mayo Nº477 (casi esquina Magallanes), una habitación revestida de madera que combina un televisor anclado en NatGeo (el canal latinoamericano de Nacional Geographic) y una música folclórica japonesa de flautas y cuerdas. “Esta música es sedante”, dice el señor Moriaki, quien recorrió el continente americano en una moto Honda y llegó, hace más de 40 años, sin saber bien por qué, a la ciudad más austral del mundo.
El señor Moriaki es jovial. Mientras se desarrolla la charla, intermitentemente se sube a una bicicleta fija para ejercitarse, toma vino patero y atiende sonriente a los clientes de su despensa.  Tras el fallecimiento del señor  Tamashiro, él ha quedado como el único japonés residente en Ushuaia. Llegó en 1969, pero dice que fue hace “poquito”. Ofrece “ochá”, “cafecito” y “vino patero”.
Hace memoria, mientras pedalea con los brazos recostados en el apoyo brazos. “Recorrimos todo Japón en motocicleta Honda. En Hokkaido, dos veces, después de 15 días en barco, llegamos a donde está Arnold (por el gobernador Schwarzenegger); luego, Las Vegas, la tierra de los mejores casinos del mundo; México con su Tequila y Mariachis. Bajamos en moto por la costa del Pacífico, pensando que nuestro objetivo último era Brasil. Fuimos por Panamá, Colombia, Perú, Chile, donde me quedé ocho meses, pero de alguna manera terminé en Ushuaia”.  Dice que la gente le pregunta por qué Ushuaia y no Brasil. “Para mi fue el destino. Dios creó el Universo, para lo bueno y malo hay una causa, cada cosa tiene su motivo. Algún motivo habré tenido, a veces la gente no sabe y duda de por qué está acá o por qué está allá. Cuando salí de Japón, mi destino era Brasil, pero nunca pisé Brasil, me vine a Ushuaia. La vida es construir, mirar para adelante”. 
 

 
Fuente: http://www.laplatahochi.com.ar (Diario de la colectividad Japonesa)