Expedición Latitud 54 Sur a Cabo San Pablo
Preparábamos con los muchachos en UM el disco para la paella del 11º MOTOENCUENTRO de la agrupación, entrando el mediodía del sábado. Aparece Quique con ganas de ayudar y mientras compartimos algo de humo y hamburguesas improvisadas (así quedan mejores), Él tiró: quienes vienen al Cabo San Pablo mañana?
A las 9 desde la rotonda del Indio.
De entrada se me hizo tarde y avise que no llegaba al horario pautado. La salida mía fue con lluvia hasta el Garibaldi. Por suerte los puntuales zafaban justito del agua, aunque no faltaría oportunidad para probar los trajes.
Reagrupados en Tolhuin sumamos nueve -contando a Ricardo que venia desde Río Grande- con una Yamaha 250 nuevísima (quiere decir 100km, sin parabrisas ni cubre puños) y montada por un entusiasta novato que traía un casco sin visor y preguntaba si las cubiertas Metzeller le darían buen resultado y muchas otras dudas más, tímidamente, como todos cuando hacíamos el debut. Sería gratamente sorprendido, su osadía y espíritu libre, muy recompensados.
Hacemos las compras para almorzar en el Cabo y al buscar a los muchachos -eran las 12.00-: En la panadería, no estaban; en el supermercado , nadie; en la estación de la ruta... Se habían ido sin mi. Aprendí rápido que no estaba bien ser impuntual ja ja... salí pronto a seguirlos mientras me preguntaba algo incrédulo si había buscado bien. En la salida de la ruta 3 hacia el Cabo, que esta a 35 km de Tolhuin, estaba el grupo esperándome, y a Quique lo había cruzado a dos km de allí, volviendo a buscarme. El sol se mostraba generoso y seguíamos disfrutando un domingo sobre dos ruedas. Después de 42 km sobre un ripio algo poceado, pero en buen estado sobre las huellas de vehículos, llegamos a Cabo San Pablo.
El "Desdemona" descansando imponente sobre el lecho de arena del mar argentino austral que se retiraba hacia el horizonte muy lentamente, nos invitaba a visitarlo.
Probando de a poco la dureza de la arena nos atrevimos a un acercamiento en las motos. Era increíble, el lugar cumplía nuestras expectativas.
Luego del almuerzo y poco después de las cuatro buscábamos playas de arena para jugar un rato y al ver cerrados los accesos y muy complicados los atajos, encontramos la subida al faro como una muy buena excusa para ensayar trepadas. Allá fuimos.
Ricardo con su Yamaha 250 y cargado de convicciones logró llevar su máquina a lo más alto. Su sonrisa más grande que su cara nos emocionaba a todos, acompañados por un paisaje único. La hora pasaba y era tiempo de pegar la vuelta.
Eran más de las 17.30. Partimos buscando la ruta 3. El sol empezaba a perder fuerza a la vez que se nublaba lentamente hacia el sudoeste. A la ruta 3 llegamos con el Gato y Quique. Atrás quedaban seis compañeros por llegar. La sensación que tenía durante el camino de muchas curvas, pendientes y bosques, cruzando puestos de estancias, después de los primeros diez km en el ripio con el gato y Quique a la vista me traía algunas dudas. No soy de ir rápido y se de amigos que pilotean muy bien que no los tenia por los retrovisores (digo por ejemplo: Alfredo cuando me pasa??? me parece que acá paso algo. Y se confirmó nomas: Augusto había pinchado la rueda trasera. Ayudado por Alfredo, Nacho, Nico, Walter y Ricardo arman con una Cámara china que Augusto tenía, previo viaje de 40km (20 ida más. 20 de. Vuelta) que Nacho hizo con su Vstrom 650 hasta la Ruta 3 donde estaba Quique (el único que llevó compresor). Armada e inflada la rueda trasera, a los cinco km de retomar el regreso, revienta la cámara nueva (esa, la china, por supuesto). Ahí pueden zafar gracias a Walter que tenía una cámara de repuesto en su KLR. El compresor no falló (quizás es chino también).
Ricardo en su Yamaha -sin parabrisa y una antiparra sobre su casco- volvía sólo a Río Grande, bautizado con toda la buena vibra del grupete en el día de su debut. Inolvidable.
Eran las 21.00 cuando llegamos a Tolhuin, cargamos combustible y oscureció rápidamente. Volvíamos y a la altura de Laguna Kosovo se suma la lluvia a una noche cerrada. En un descanso para camiones algunos paramos para usar el traje de agua. Otros ya lo habían hecho un kilómetro antes. La lluvia sería una molesta compañía sin invitación hasta Ushuaia. No podía ir a más de 70 km/h, no se veía nada y con los autos de frente encandilando era más difícil aún.
Atrás me venía alumbrando Nico con su Honda África Twin. La luz de mi tornado no era suficiente, Nico se había dado cuenta, y aunque por momentos iba a 70 km/h, Nico me hacía el aguante barriendo. Yo no tenía la señal de balizas, la Honda tornado no las trae. Pavada de barredora tenía atrás!!!
En el Paso Garibaldi estaban todos con Walter. Su KLR había pinchado la rueda delantera. No había más cámaras y esperaban casi sobre la curva de la herradura al Automóvil Club Argentino y a su esposa que salía de Ushuaia a buscarlo en auto. Estábamos todos juntos otra vez, aún bajo la lluvia.
- Alfredo pregunta ocurrente: Walter, tu esposa nos trae la cena no?
Luego de risas unánimes otro Dice: el que todavía tiene esposa se puede ir no más, lo queremos seguir teniendo en el grupo.
Ya eran las 23.00 hs. Me quedé quince minutos reflexionando y cuando un par de muchachos sin traje de agua y muy mojados deciden seguir viaje, salude y me vine despacio.
Llegue hecho un trapo de piso. Tuve unos nervios con esa lluvia. Me tuvo mal. Pero por suerte salió todo bien y llegamos todos en buen estado.
Me levanto el lunes y en el grupo uno de los mensajes comienza:
"Buenas.... soñé que ayer habíamos ido a San Pablo, que la pasábamos muy bien, que me caí y rompí algo de plásticos y no sé qué más de abajo, que pinchamos como tres veces, que nos mojábamos y reíamos bajo la lluvia, que volvía a 40km/h y demoraba una hora en llegar desde el paraje Rancho Hambre (40 km de Ushuaia) a casa…
Pero qué bien me levanté hoy ... Ja Ja…
Ahora, volviendo a la realidad… alguno tiene el contacto del muchacho que repara plásticos o labura con fibra? Abrazo!(Nacho)"
Que lindo es ser motero. Buenas rutas Latitud 54 Sur!!
Narración: Alejandro Ferreto.